
El término ELITE además de abreviar el nombre de la Escuela Latinoamericana de Ingenieros, Tecnólogos y Empresarios, es un concepto sobre el cual vale mucho la pena referirse. Existe una idea muy difundida acerca las élites como unos pocos individuos o grupos que ostentan riqueza, poder o privilegios que injustificadamente los sitúan “por encima de los demás”. Una idea bastante precaria de lo que son las élites y cuyo símbolo es el estridente “¿usted no sabe quien soy yo?”.
El problema de Colombia no es un problema de guerrilla; el problema de Colombia no es un problema económico. El problema de este país es que poco a poco se quedó sin élite. Se quedó sin quién lo quiera dirigir; sin quién lo pueda dirigir.
Nuestra misión en ELITE es recuperar el sentido moral y el valor social de las elites.Recuperarlo desde la perspectiva del individuo, de las comunidades y, por supuesto, del país que queremos construir: un país de élite.
En esencia el concepto de ELITE que queremos promover reconoce a ciertas personas o grupos, un desempeño y virtudes superiores al promedio, como fruto de su esfuerzo individual por desarrollar una o más de las capacidades humanas.
En la Grecia antigua se daba gran reconocimiento a los mejores en las artes, en el deporte o en la oratoria. Aún hoy las Olimpiadas son una reunión de las élites del deporte y las habilidades que consideramos de gran valor. Pitágoras, gran matemático, filósofo y empresario, invitaba a los seguidores de su escuela a exigirse ser los mejores. En el nacimiento de la república francesa se reconocía como élite a aquellos con las mejores virtudes y méritos, dignos de ser elegidos y liderar.